La fijación de precios de los productos se forma en función de la oferta y la demanda, pero el marketing va más allá e intenta rentabilizar al máximo un producto en función de lo que cada cliente está dispuesto a pagar.
El marketing distingue tres tipos de discriminación en función del precio.
En primer lugar, la discriminación de primer grado se basa en la disposición a pagar del mercado. Las subastas (eBay) son un claro ejemplo donde existe una oferta limitada frente a una alta demanda.
En segundo lugar tenemos la discriminación de segundo grado que representa la utilidad marginal decreciente de los productos. Esta es una ténica muy utilizada por las compañías de teléfono pero que poco a poco se va extendiendo a otros sectores como el productos de consumo o los automóviles.
Y por último, la discriminación de tercer grado asocia distintos precios a las característias del cliente, como el grupo Inditex, que tiene precios más altos en los mismos productos en función de cada país.
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